Tristeza: No sé por a mi nunca me puede tocar una historia con final feliz
Jesús: Es que los finales felices, dependen
Tristeza: ¿Como dependen?
Jesús: Depende donde pongas el punto. El punto final. Si ponías el punto final de la historia el día que te enamoraste del man en la playa, ya tenías tu final feliz. Subían créditos, música, aplausos y todo mundo salía contento. Pero no el man se casó con esa suca, la que le debe hijos, hacienda y ya!!, creditos, aplausos y ahi termina su historia; pero la tuya no, la tuya acaba de comenzar, mas bien.
Es difícil aprender a poner los finales felices pero sí que deberían ser nuestra única opción. Como leí por ahí: hay siete mil millones de personas en el mundo... por qué sufrir por una. Pon el final feliz en donde debes ser, y construye una nueva historia ahora!
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