viernes, 27 de junio de 2014

Los finales felices dependen

El otro día recordaba la película "Qué tan lejos" sobre Esperanza, una turista española, y Tristeza, una estudiante ecuatoriana, que se conocen en un bus con destino a Cuenca y como antes eran muy comunes las paralizaciones, a las chicas les toca realizar caminatas y trasbordos para llegar a su destino que era impedir que el novio de Tristeza se case con una cuencana porque según ella lo iba a hacer por compromiso y no por amor. Durante el trayecto van conociendo ese Ecuador tan peculiar donde Esperanza ve belleza mientras Trsiteza ve pobreza. En medio de la película conocen a Jesús y se establece un diálogo donde saca a colación una verdad acerca de los finales felices:

Tristeza: No sé por a mi nunca me puede tocar una historia con final feliz
Jesús: Es que los finales felices, dependen
Tristeza: ¿Como dependen?
Jesús: Depende donde pongas el punto. El punto final. Si ponías el punto final de la historia el día que te enamoraste del man en la playa, ya tenías tu final feliz. Subían créditos, música, aplausos y todo mundo salía contento. Pero no el man se casó con esa suca, la que le debe hijos, hacienda y ya!!, creditos, aplausos y ahi termina su historia; pero la tuya no, la tuya acaba de comenzar, mas bien.

Es difícil aprender a poner los finales felices pero sí que deberían ser nuestra única opción. Como leí por ahí: hay siete mil millones de personas en el mundo... por qué sufrir por una. Pon el final feliz en donde debes ser, y construye una nueva historia ahora!



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